Muchas de las personas con sífilis tienden a no ser conscientes de ello, ya que no todas las personas infectadas presentan síntomas. Las lesiones sifilíticas suelen ser asintomáticas y pueden aparecer en regiones del cuerpo donde podrían pasar desapercibidas, como en el ano o en la garganta. Incluso cuando los síntomas están presentes, estos pueden desaparecer con el tiempo. Sin embargo, eso no significa que la enfermedad haya desaparecido por lo que es aún necesario el uso de tratamiento.

Uno de los síntomas es la aparición de una llaga indolora denominada chancro. Normalmente las llagas suelen aparecer en la zona de los genitales, dentro o alrededor del ano, en los labios, en la boca o en la garganta. Los chancros suelen ser bastante difíciles de detectar ya que se encuentran dentro del cuerpo y a veces pueden llegar a confundirse con un herpes.
Se observan síntomas comunes como inflamación de glándulas en las ingles o en el cuello, cefalea, fatiga e incluso fiebre.

La manifestación clásica de la sífilis es una erupción cutánea indolora, con máculas rojizas o de color cobre en las palmas de las manos o en las plantas de los pies.
Sin tratamiento, las lesiones de la sífilis en la tercera etapa pueden empezar a ocasionar daños graves en el cuerpo, incluidos los ojos, el cerebro, y el sistema nervioso.  

Es importante tener presente que no todas las personas que hayan contraído la enfermedad presentarán síntomas. Por tanto, es importante realizarse pruebas con regularidad para poder detectarla rápidamente.